2.6 MUESTREO DEL TRABAJO
La medición
del trabajo es la aplicación de técnicas para determinar el tiempo que invierte
un trabajador calificado en llevar a cabo una tarea definida efectuándola según
una norma de ejecución preestablecida.
El muestreo
del trabajo es una técnica para determinar, mediante muestreo estadístico y
observaciones aleatorias, el porcentaje de aparición de determinada actividad; también es conocido
como:
·
Muestreo
de actividades
·
Método
de observaciones instantáneas
·
Método
de observaciones aleatorias
·
Control
estadístico de actividades
Si fuera
posible observar de una ojeada que hace cada máquina de una fábrica en
determinado momento, quizá se descubriera que, por ejemplo, 80% de las máquinas
están funcionando y 20% están paradas. Si se hiciera lo mismo 20 veces más a
distintas horas del día, y si cada vez la proporción de máquinas que estuviera
funcionando fuera de 80%, podría decirse con cierta seguridad que en todo
momento hay 80% de las maquinas en funcionamiento.
Como generalmente
tampoco es posible aplicar esta técnica, hay que optar por la que le sigue en
orden de preferencia: se hace una serie
de recorridos del taller a intervalos aleatorios observando las maquinas que
funcionan, las que están paradas y la causa de cada inmovilización. He aquí la
base de la técnica de muestreo del
trabajo. Si el tamaño de la muestra es suficientemente grande y las
observaciones se efectúan realmente al azar, existe una buena probabilidad de
que dichas observaciones reflejen la situación real, con un margen determinado
de error por exceso o por defecto.
A diferencia
del costoso y poco práctico método de observación continua, el muestreo del
trabajo se basa principalmente en la Ley de probabilidades. La probabilidad se
ha definido como “el grado de posibilidad de que se produzca un
acontecimiento”.
El ejemplo
más sencillo, y frecuentemente mencionado para ilustrar esta idea, es el juego
de cara y cruz con una moneda. Cuando lanzamos una moneda al aire pueden
suceder dos cosas: que salga “cara” o que salga “cruz”. La ley de
probabilidades dice que cada 100 veces que la lancemos, es probable que 50
veces salga cara y 50 cruz. Obsérvese la expresión “es probable que”; en realidad puede suceder
que el resultado sea, por ejemplo, 55-45, 48-52 o cualquier otra proporción.
Sin embargo, está demostrado que al aumentar el número de lanzamientos aumenta
la exactitud de la ley de probabilidades. En otras palabras, cuanto mayor
sea el número de lanzamientos de la
moneda, tanto mayores serán las posibilidades de llegar a una proporción de 50
caras y 50 cruces. De ello se desprende que cuanto mayor sea la muestra, más
exactamente representará la “población” o “universo” inicial, es decir, el
grupo de factores que se están estudiando.
Ahora podemos
imaginar una escala en la cual uno de los extremos corresponda a la precisión
absoluta lograda por observación continua y el otro a resultados muy inciertos
obtenidos mediante unas pocas observaciones aisladas. El tamaño de la muestra
tiene, pues, su importancia, y podemos indicar si creemos o no en la
representatividad de la muestra utilizando cierto nivel de confianza.
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